Antigua galaxia revela un agujero negro oculto que desafía las teorías del crecimiento cósmico

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El Telescopio Espacial James Webb (JWST) de la NASA ha descubierto un agujero negro supermasivo que acecha dentro de una galaxia distante apodada “Virgilio”. Esta galaxia exhibe una sorprendente dualidad: aparece como un sistema normal de formación de estrellas en luz visible, pero se transforma en una potencia de alta energía cuando se observa en longitudes de onda infrarrojas. El descubrimiento, publicado en The Astrophysical Journal el 17 de noviembre, sugiere que muchos de los objetos más extremos del universo pueden permanecer ocultos a menos que se vean a través de telescopios infrarrojos.

La galaxia Jekyll y Hyde

Virgilio aparece tal como existía aproximadamente 800 millones de años después del Big Bang, lo que le permite al JWST vislumbrar el universo primitivo. En las observaciones ópticas, la galaxia se presenta como un sistema joven que evoluciona silenciosamente. Sin embargo, el Instrumento de Infrarrojo Medio (MIRI) de JWST revela un agujero negro supermasivo muy oscurecido en su núcleo, que emite una enorme energía. El astrónomo George Rieke de la Universidad de Arizona describió este fenómeno como si Virgilio tuviera “dos personalidades”.

“Los rayos UV y ópticos muestran su lado ‘bueno’… Pero cuando se agregan datos MIRI, Virgil se transforma en el anfitrión de un agujero negro supermasivo muy oscurecido”.

Pequeños puntos rojos y crecimiento temprano de los agujeros negros

Virgil pertenece a una clase de misteriosos objetos rojos conocidos como “Pequeños puntos rojos” (LRD), que han aparecido en las observaciones del JWST del universo temprano. Los LRD fueron más comunes alrededor de 600 millones de años después del Big Bang, antes de disminuir drásticamente 1.500 millones de años, lo que significa que representan una fase crucial en la evolución galáctica. Su prevalencia sugiere un vínculo con la alimentación activa de agujeros negros supermasivos escondidos detrás de espesas nubes de polvo.

El agujero negro en el centro de Virgil está clasificado como “sobremasivo”, lo que significa que es mucho más grande de lo esperado para una galaxia de su tamaño. Este hallazgo desafía las teorías convencionales sobre cómo crecen los agujeros negros.

Invirtiendo el orden: ¿primero los agujeros negros?

Durante décadas, los astrónomos creyeron que primero se formaban las galaxias y que los agujeros negros supermasivos crecían gradualmente a medida que se acumulaba materia en sus centros. Sin embargo, observaciones del JWST como ésta sugieren que puede ser cierto lo contrario: los agujeros negros pueden formarse antes de las galaxias que los albergan.

Este descubrimiento implica que los agujeros negros pueden impulsar la formación de galaxias, y no al revés. Como afirma Rieke, “JWST ha demostrado que nuestras ideas sobre cómo se formaron los agujeros negros supermasivos eran completamente erróneas”. Este cambio en la comprensión remodelará la forma en que los científicos modelan el universo primitivo.

Las implicaciones son profundas: si los agujeros negros crecen antes que las galaxias, entonces será necesario repensar la estructura fundamental de la evolución cósmica. Las continuas observaciones del JWST serán fundamentales para resolver estos misterios y perfeccionar nuestra comprensión de los años de formación del universo.